Se chupa el pulgar

Tengo una niña de seis meses que sólo consigue dormirse chupándose el pulgar. ¿Puede causarle algún problema en el paladar? ¿Deberíamos quitarle la manía de otra manera?

Los dientes y el paladar pueden verse afectados por este hábito, comenzando a ser peligroso pasados los dos años de edad, ya que es a partir de entonces cuando la osificación de los maxilares avanza rápidamente y la deformación no tiene marcha atrás si no es con la utilización de aparatos ortodóncicos a la edad correspondiente, aunque veo muy difícil que en el momento actual pueda separar a la criatura de su dedo pulgar. Habrá de ser más adelante.

¿Qué es el test de Apgar?

Mi hijo de dos meses nació por cesárea. En el test de Apgar tuvo una puntuación de 8 al minuto y de 10 a los cinco minutos. No sé muy bien lo que miran en ese test y si la puntuación 8 dependía de haber nacido por cesárea. El niño había tragado líquido amniótico sucio y me hablaron de acidez en la sangre. ¿Se le habrá corregido ya?

El test de Apgar valora cinco parámetros del recién nacido: el pulso cardíaco, la respiración, el tono muscular, la respuesta a la estimulación de la nariz y la coloración de la piel. Cada uno de estos parámetros recibe una puntuación de 0 a 2. Si a los cinco minutos el bebé tuvo una puntuación 10, quiere decir que es normal totalmente, aunque también lo habría sido con una puntuación algo más baja.

Una cicatriz idéntica

Mi hijo de un año nació con una cicatriz en la ceja izquierda. Yo tengo una cicatriz idéntica en la ceja derecha. ¿Es normal que pase esto?

Cicatriz, por definición, es la señal que queda tras una herida. Si verdaderamente es una cicatriz, habrá que pensar que, a lo largo del embarazo, quizás con una uña, tanto madre como hijo se hirieron en la ceja correspondiente. Podría tratarse, no obstante, de una zona de alopecia (carencia de pelo), de causa desconocida y en cuyo origen hayan coincidido las circunstancias en ambos.

Mancha anaranjada en los pañales

Cuando mi hija hace pipí, en los pañales deja una mancha anaranjada. ¿Es importante?

Es muy frecuente que la orina en los pañales deje un halo rosado o anaranjado. Debe considerarse completamente normal y no ha de proporcionar la más mínima preocupación. Cuando el niño suda, bebe poco o padece un cuadro febril, la orina elimina unos compuestos químicos, denominados uratos, que en contacto con el aire adquieren ese tono rosa anaranjado.

Lagrimal obstruido

Mi hijo de cuatro meses siempre tiene el ojito izquierdo lloroso y con conjuntivitis. De vez en cuando, me recetan unas gotas, que le alivian, pero al cabo de unos días vuelve a estar igual. ¿Puede que tenga el lagrimal obstruido?

El lagrimal, que es un pequeñísimo orificio situado en el ángulo interior del ojo, en el borde del párpado inferior, es el desagüe de las lágrimas. Los ojos segregan continuamente lágrimas para mantener húmedos la superficie externa del ojo y el interior de los párpados. Estas lágrimas se van drenando por ese orificio a través de un conducto que desemboca en el interior de la nariz. En circunstancias normales ni lo notamos, pero cuando lloramos, cuando más lágrimas se segregan, éstas en parte se eliminan por el conducto lacrimonasal dando la sensación de tener la nariz tapada, obligando a sonarnos. Las lágrimas que no pueden ser drenadas sobrepasan el borde de los párpados y resbalan por la cara. El problema de su hijo es que tiene obstruido a algún nivel el conducto lacrimonasal, por lo que las lágrimas no pueden ser desaguadas. La presencia de conjuntivitis, si hay legañas, podría ser signo de infección. Con masajes en el ángulo interior del ojo afectado, se puede desobstruir el conducto. Si no es así, ha de ser el oftalmólogo quien lo haga mediante una técnica muy simple.

Una mancha en la frente

Mi hijo de cinco meses nació con una mancha triangular en la frente, que se hace más visible sobre todo cuando coge una rabieta. Me gustaría saber si esta mancha se irá con el tiempo, porque he oído que algunas se pueden quitar con láser.

Los "antojos", que así se denominan popularmente estas manchas, son angiomas, proliferación localizada de tejido vascular (vasitos sanguíneos). Pueden ser planos completamente, manifestándose como una simple mancha rojiza-violácea de formas diversas. Pueden también abultar en la piel, formando un relieve de formas caprichosas. Estas formas, que pueden hacerles parecidos a algo, a una fresa, a un mapa, etc., son las que han dado a los angiomas, popularmente, el nombre de "antojos". La evolución natural habitual de los angiomas es la de un crecimiento más o menos moderado durante el primer año de vida, pasado el cual suelen irse aplanando y disminuyendo de tamaño hasta que en muchos casos llegan a ser imperceptibles. En general, no suele estar recomendada ninguna actuación, y menos antes de comprobar la evolución natural del proceso. Pasado ese tiempo, raramente se ha de actuar, individualizando siempre en cada caso y cada niño, ya que el tratamiento quirúrgico dependerá del tamaño definitivo y de su alteración estética o de su localización en zonas de presión o de roce que puedan provocar algún daño en el agioma residual.


Siempre tiene bronquitis

Tengo un niño de 19 meses que reiteradamente, durante los meses de invierno, coge bronquitis. Los tratamientos a base de broncodilatadores las van controlando. Pero, sabiendo que es su punto flaco, me gustaría saber hasta qué punto la homeopatía es un tratamiento de prevención.

Querida amiga: Cuando un niño menor de dos años padece más de dos episodios de "bronquitis", en los que aparece tos, "pitos" en el pecho y, en muchas ocasiones, dificultad respiratoria (disnea), el diagnóstico de certeza es de asma. Esto quiere decir que el niño tiene una sensibilidad especial de su aparato respiratorio (hiperreactividad bronquial) que hace que cada vez que se resfríe, aparte de otros factores desencadenantes, desarrollará cuadros similares, más o menos importantes. Como pediatra clásico, especialista en alergología, difícilmente utilizaré técnicas de otro tipo de medicina, como la homeopatía u otras, de las cuales no conozco lo suficiente como para poder opinar siquiera sobre ellas.

Aún no tiene dientes

Tengo una niña de once meses, sana y movida. Me preocupa que aún no le ha salido ningún diente. Le he dado calcio y no he encontrado ningún resultado. ¿Qué me aconseja? Tenga en cuenta que tanto mi hermano como yo echamos los primeros dientes entre los seis y los siete meses.

El hecho de que su hija de once meses aún no tenga ningún diente no es, por sí mismo, ningún hecho alarmante. Hay muchos niños en los que su primer diente aparece al final del primer año, o incluso algo más tarde. Esto no quiere decir que a la niña le falte calcio, ni mucho menos. Si como usted dice se trata de una niña sana, cuya alimentación será correcta, está recibiendo la cantidad de calcio que precisa y no necesita la administración de calcio suplementario en forma de medicamento. El hecho de que usted y su hermano fuesen más precoces que ella en la erupción dentaria no quiere decir que sus hijos deban seguir la misma pauta. Las características genéticas de un niño no dependen únicamente de la madre y de un tío, sino de la familia entera de ambos progenitores en todas las generaciones precedentes. Mi consejo es no hacer tratamientos que ya se han demostrado inútiles y esperar tranquilamente la aparición del deseado diente. Únicamente, en el caso de que a los catorce o quince meses aún no hubiese ningún síntoma de aviso de una próxima erupción dentaria, sería interesante hacer alguna investigación para descubrir si alguna cosa no funciona, aunque dudo que haya que recordárselo a su pediatra.

Infección de orina

Mi hija de once meses tiene una infección de orina provocada por un Escherichia Coli desde los cinco meses y, a pesar de los tratamientos diferentes que se le han practicado, no acaba de desaparecer. Por lo demás, se trata de una niña alegre y habladora, no se queja de nada pero no come mucho. ¿Tiene alguna relación el hecho de que naciera con una pequeña malformación genital?

La infección urinaria en el lactante no suele dar síntomas específicos. Por eso, su pediatra, ante una pérdida de apetito normal, lo sospechó y la diagnosticó. El germen responsable, el E. Coli, lo es del 75 al 80 por ciento de las infecciones urinarias. A estas edades, los gérmenes suelen alcanzar las vías urinarias procedentes del exterior, sobre todo en las niñas, por una colonización bacteriana en los genitales debida a la proximidad del ano. Lo que ya no es habitual es la resistencia a los antibióticos que se han administrado. Generalmente, el tratamiento se orienta a partir de los resultados del antibiograma, que indica el o los antibióticos a los que el germen es más sensible. Lo que sí es más frecuente es la recidiva, es decir, la infección se soluciona pero en un tiempo más o menos corto se vuelve a infectar. En este caso, debe sospecharse la existencia de una malformación o de algún mal (quizás relacionada con la pequeña malformación genital) que obliga a la puesta en marcha de exploraciones complementarias. Éstas las practicará el especialista al que su pediatra le ha remitido para descartarlas. Recuerde que para que el tratamiento sea completo será necesario modificar ciertos hábitos, como el estreñimiento, si existe, forzar la ingestión de líquidos para hacer más frecuentes las micciones, acidificar la orina mediante la administración de frutas o zumos de frutas cítricas e insitir mucho en la higiene de la zona del periné, evitando los jabones perfumados y siempre limpiando de delante hacia atrás, para evitar el arrastre de gérmenes desde el ano hacia la uretra.

Sin respiración

Tenemos un bebé que, cuando duerme, se queda sin respirar e incluso debemos cogerlo boca abajo, a la altura del estómago, para hacer que vuelva a respirar, por lo que tenemos miedo que durante la noche no nos demos cuenta y le ocurra algo. ¿A qué es debido esto? ¿Es signo de alguna carencia? ¿Hacemos bien poniéndole boca abajo?.
El problema que plantea se llama apnea del sueño, y pueden ser varias las causas que lo provocan. Si ustedes encuentran que la maniobra que realizan al niño es la que consigue que reinicie la respiración, bien está, pero lo más importante es llegar a un diagnóstico de la causa que provoca esa apnea, que puede ser leve, pero que también puede ser importante, por lo que, según mi criterio personal, el niño tendría que ser estudiado en un centro especializado en sueño, aparte de por otros especialistas.

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