Dientes sanos

Te explicamos los cuidados necesarios para que los dientes del niño estén sanos.

Encías hinchadas y enrojecidas, el pequeño nervioso e irritado mordiendo todo lo que coge... Son algunos de los síntomas inconfundibles que apuntan que a tu bebé le está a punto de salir el primer diente. Son un total de 20 dientes de leche, llamados también primarios, que empiezan a salir y crecer a partir de los seis y los ocho meses de vida. Después, cuando el pequeño tenga seis o siete años, los dientes de leche se caerán y serán sustituidos por los dientes secundarios o definitivos. Aunque los de leche estén destinados a ser reemplazados, su papel es muy importante ya que crean el espacio necesario para la dentadura definitiva.

Higiene bucal

Para proteger sus dientes es importante que la limpieza bucal entre en las reglas higiénicas normales y cotidianas del niño.

Durante los meses que preceden a la aparición de sus primeros dientes, para eliminar las bacterias que se anidan en las encías, utilizaremos una pequeña gasa empapada en agua, que pasaremos principalmente a lo largo de la línea en la que han de salir los dientes.

Cuando empiecen a salir los dientes, deberemos frotar los dientes y las encías del pequeño con un cepillo especial para niños. Para neutralizar las bacterias, basta con emplear sólo agua. El uso de dentífricos no es obligado, se aconseja a partir del momento en que el niño cumple su primer año.

Una alimentación correcta

La principal amenaza para los dientes es el azúcar. Caramelos, dulces y galletas son un peligro para los mismos, ya que las sustancias azucaradas que contienen estos alimentos se disuelven en la boca, permaneciendo mucho tiempo en contacto con los dientes. Las bacterias de la placa absorben estos azúcares y producen a su vez ácidos que causan la caries.

Para evitarlo, se han de limitar en lo posible el consumo de azúcares
y, sobre todo, no acostumbrar al niño a dormirse bebiendo una infusión azucarada, un zumo de frutas o dándole el chupete untado en miel o en azúcar. Es importante no olvidar que, para reforzar los huesos, y en particular los de la mandíbula, los niños necesitan sales minerales, como el calcio y el flúor, y de forma especial la vitamina D.

Prevenir la caries

La caries dental es una enfermedad muy difundida, sobre todo en los niños. Se trata de un lento proceso de desmineralización del tejido de los dientes y su consiguiente corrosión.

La mayor responsable de la formación de caries es la placa: una película de origen salival que tiende a depositarse sobre los dientes. Si esta placa no se elimina, produce sustancias ácidas y favorece el crecimiento bacteriano, capaz de atacar el diente en sólo 24 horas. La acción corrosiva de la caries no se limita a la superficie del diente, sino que puede alcanzar el tejido óseo, debajo del esmalte.

La prevención es fundamental y por ello los niños han de familiarizarse desde el principio a cuidar sus dientes, ya que se trata de un órgano que, una vez desarrollado, ya no se renueva. Por ello, aparte de una buena higiene bucal y una correcta alimentación, es importante llevar al niño al dentista. No se debe esperar a observar evidencias de dolor en el pequeño para acudir a un control médico; un diente sin curar se caerá inevitablemente antes de tiempo, e incluso puede amenazar el futuro de los dientes secundarios. En casos aún más graves, puede provocar el desplazamiento de toda la dentadura, con los consiguientes problemas para la masticación.

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